Esta mañana le he enseñado el blog a mi mujer y esta ha sido su primera impresión:
- ¿Eres tú?
- Claro que soy yo, ¿no me has visto escribirlo?
- Es que no lo pareces, tú no hablas así.
Y tiene toda la razón, es difícil reconocerme. Está claro que son mis pensamientos, ocurrencias o desvaríos, pero su confusión viene por la forma en que los expreso. Soy una persona extremadamente tímida, casi catatónica, y lo primero que sorprende es que haya escogido un medio con tantas posibilidades como este. Si tuviera que escribir igual que hablo la herramienta elegida sería Twitter, y aún me sobrarían letras.
Imaginemos, por hacer un símil, que nos encontramos en el metro a Bono, el cantante de U2, interpretando una de sus canciones con tan solo una pandereta y una careta para salvaguardar su anonimato. ¿Alguien le reconocería?. Pues mi habla es como esa pandereta, pero descompasada. Con esto tampoco quiero dar a entender que lo que escribo tiene la poesía de una canción, pero, a pesar de mis pocos conocimientos y limitaciones, supera sobradamente a mi expresión oral.
Alguna vez me he preguntado si los escritores hablan igual que escriben, aunque no lo creo. No me imagino a un poeta hablando todo el día en rima ni a un novelista describiendo detalladamente todos los lugares que recorre. Y espero, por el bien de sus familiares y amigos, que no sea así. Menudos plastas serían.
Lo que me fascina es que alguien, al conocerme solo por mis escritos, crea que hablo con soltura y no sea capaz de asimilarme en persona. Ya me ha pasado alguna vez que me he citado con algún amiguete de algún foro y, por la expresión de su cara, han quedado bastante sorprendidos. Pero tranquilos, a la que cojo confianza mejora mi fluidez y, si me esfuerzo, puedo juntar hasta cuatro palabras.
Solo espero no asustar a mi mujer con estos disparates, aunque probablemente me tenga más calado de lo que pienso. Seguro que entiende que todo esto es un medio más que utilizo para jugar. Junto ideas, asocio conceptos y, luego, los intento escribir de la mejor forma. Más tarde lo releo, elimino frases o párrafos, si no me gusta le intento dar otro sentido y hasta desecho o reformulo pensamientos. Busco sinónimos para no cansar al posible lector y, con un poco de suerte, alguien lo lee y hasta puede que le distraiga. En definitiva, que cuando se creó la frase "Es más feliz que un tonto con un lápiz" se referían a mi.
Al habla otra tonta feliz con un lápiz, una pluma, un boli, una máquina de escribir, un ordenador y hasta con ketchup (más lento e ineficiente, pero todo es echarle voluntad).
ResponderEliminarYo también me paro a pensar a veces en la imagen que proyecto en mi blog y la real: se parecen poquísimo. Pero bueno, es lo hermoso de la magia de Internet: convierte a seres comunes y mediocres, normales y corrientes en... un poco menos comunes y normales y corrientes. Casi -solo casi- especiales. Un saludo,
Cristina
PD: ¡¡Bienvenida, señora Mazcota!!
Bueno, yo lo veo de forma diferente. Creo que realmente todas las personas somos casi especiales. Solo es cuestión de sacar a relucir las cualidades, que todos poseemos, con alguna forma concreta de expresarse. A nosotros creo que nos ayuda a lograrlo escribir, pero para otras personas puede ser más gratificante bailar, cantar, pintar, hacer deporte o cualquier otra forma con la que poder comunicarse. Y pienso que, si disfrutamos haciéndolo, puede que logremos transmitir ese gozo a alguien. Remotamente, claro.
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