sábado, 11 de mayo de 2013

Agradecido



Hace unos meses, hablando con unos compañeros de trabajo, me soltaron una frase que me dejó helado. La intentaré escribir tal como sonó: "Estoy muy agradecido a mi abuelo, me cuidó desde los 13 años. Siempre se preocupó que nunca me faltara tabaco y cerveza". Me pareció curioso que agradeciera a su abuelo la iniciación al alcoholismo y tabaquismo. Le pregunté si a su hijo, cuando cumpla 13 años (actualmente tiene 4), también le procuraría tabaco y cerveza, y contestó que por supuesto que no. Y ahí quedó el tema.

Esto me llevó a una pregunta: ¿Da igual lo que alguien haga por mi, mientras yo esté convencido que es por mi bien?. Esta reflexión me cuadraría si fuera adolescente y estuviera, aún, descubriendo el mundo, sus normas y lo que está bien o mal. Pero el hombre de la conversación ya pasaba de los 30 años y tenía la cabeza lo suficientemente amueblada para poder pensar sensatamente.

Si tuviera muchas deudas y alguien matase a mi madre para que yo pudiera cobrar una indemnización de un supuesto seguro, ¿debería estar agradecido?. Estoy convencido que no. Puede que, si preguntamos a presos en cárceles, también estén agradecidos a las personas que les enseñaron todo en la vida, aunque eso les llevara al encierro; o peor, a hacer daño a alguien.

O, divagando un poco, es posible que solo sea la imagen, idealizada y perpetua, de un abuelo al que le unía una gran complicidad. Una de esas personas de nuestra infancia/adolescencia de las que siempre guardaremos un grato recuerdo; pero que, seguramente, ni nos cuidaron ni se portaron tan bien como queremos creer o recordar.

3 comentarios:

  1. Mis abuelos se equivocaron... Cuanto mas hacían y daban era peor... Más aún, quien recibia esos obsequios consideraba que era su obligación y su derecho a recibirlos... Él también hacia algo por ellos... Si... Exigir...
    TAL

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  2. La memoria es caprichosa y embellece las personas. No me parece algo malo; al contrario, es horrible tenerle rencor a alguien después de muerto. También embellece los lugares y los momentos en general; en un libro para adolescentes precioso, "El gato de Troya", se defiende durante todo el libro que "recordar es inventar".

    Inventemos, pues. Y el tabaco es fatal para la salud, pero hace muchos años se les daba cerveza a los niños porque era más salubre que el agua. Así que tan, tan mal no lo hizo el abuelo de tu amigo :). ¡Ya me hubiera gustado a mí que me enseñaran a beber cerveza!

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    Respuestas
    1. ¡Gracias por comentar Babilonia!
      No se trata de crucificar al familiar de nadie, solo reflexionaba sobre el poder de un recuerdo. Es tan potente que puede ennoblecer unas palabras que, escuchadas objetivamente, no tienen nada de bueno.

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