miércoles, 5 de junio de 2013

La naturaleza es sabia




Esta semana, escuchando la radio, oí que comentaban un estudio donde llegaban a la conclusión que el hombre del siglo XXI tiene menos cociente intelectual que el del siglo XIX. Las pruebas se basan en el tiempo de reacción ante un estímulo, parece ser que ahora tardamos prácticamente el doble. Con esto deduzco que los fenicios aún respondían más rápidamente, y no digamos los cromañones (unos trileros de mucho cuidado).

No creo que seamos más tontos, aunque sí es posible que más confiados. Supongo que hace 2 siglos todo era mucho más peligroso y, para sobrevivir, debías estar continuamente en tensión. No existía la penicilina y la esperanza de vida no llegaba a los 40 años, así que si veías estornudar al vecino de al lado ya podías echar a temblar. Seguro que esa incertidumbre dotaba al cerebro de un resorte/superpoder parecido al de Spiderman para detectar amenazas. Pero ya no. No lo necesitamos.

Estoy de acuerdo con la teoría evolutiva de Darwin aunque, a mi parecer, queda incompleta. Puedo aceptar que evolucionamos gracias a la selección natural, pero no creo que las mutaciones en nuestra especie sean de forma aleatoria. Pienso que la naturaleza es sabia, nos estudia y pone a nuestra disposición cambios adaptados a nuestras habilidades.

Analizando a nuestros ancestros (los simios) nos damos cuenta de las diferencias físicas que nos separan, pero me centraré en una: el pelo. A todos nos han explicado que el pelaje de los animales sirve para proteger las partes más frágiles e importantes de su anatomía pero cada día se nos deforesta más el cráneo y se puebla más el trasero, todo lo contrario que a los monos.

Entonces, ¿es posible que, la madre naturaleza, haya detectado la disminución en el rendimiento del cerebro humano actual?. Esta sería la explicación para el incremento de casos de alopecia en la población mundial ya que, cada día, está más adormilado el cerebro a proteger; pero iré más allá. ¿También ha detectado que muchas de las últimas decisiones humanas están pensadas con el culo y, por ello, nos lo resguarda con abundante cabello?. Si es así, solo nos queda maravillarnos ante tanta sapiencia.

3 comentarios:

  1. Hombre, no digas eso, que César tiene muy buenas ideas y el pobre está bastante calvo. Las decisiones aleatorias de la naturaleza no las atribuyo a ninguna sabiduría extraordinaria, sino a simple casualidad. Si bien los que estamos aquí hemos sobrevivido por estar más adaptados, hay genes curiosos que ya no influyen de manera determinante en nuestra supervivencia. Por ejemplo, poder doblar la lengua en forma de U. Es un gen autosómico dominante porque antes, cuando era difícil beber, poder formar una pajita con la lengua era una ventaja que favorecía la supervivencia. Pero ahora ya no lo necesitamos.

    Por último, como mujer me siento obligada a decir que la naturaleza apesta: ¿Por qué nos tiene que hacer sufrir a nosotras para reproducirnos?

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  2. Bueno, César es la excepción que confirma la regla.
    ¿Y no has pensado que doblar la lengua en forma de U podría haber sido un atractivo sexual y, por ello un supuesto antepasado, haber tenido más descendencia gracias a ese atributo?. "Todos venimos del ser humano que conquistaba a sus parejas haciendo la U con la lengua", me gusta esta teoría.
    Y no puedo ponerme en la piel de una mujer, pero desde que existe la epidural tampoco es que se sufra tanto. De hecho puede que la mujer pierda, con el paso de los años y por culpa de ese pinchazo, la resistencia al dolor que ha heredado de sus antecesoras. Bueno, no sigo con hipótesis estrafalarias que me pierdo.

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  3. Alguna vez he pensado que puede ser una ventaja para besar, sí. Pero francamente, metida en faena se me olvida poner la lengua en U, así que no creo que sea tan importante.

    La epidural tiene sus riesgos, y duele ;). Pero bueno, es lo que hay.

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