miércoles, 7 de enero de 2015

Microrrelato de Reyes

No tenía pensado publicar nada especial para este día, pero, sin entender aún por qué, he regresado del trabajo de buen humor. Y es el estado de ánimo perfecto para que se me ocurran chorradas. Como siempre, solo espero que sean leves.



El regalo de Carlitos
Carlitos despertó excitado, con unas prisas horrorosas por ver su regalo de Reyes. Apesar de su extrema gordura, saltó con agilidad de la cama, apartó a su hermano de un empujón y se abalanzó sobre el paquete que llevaba inscrito su nombre. Lo encontró junto a la infame ofrenda que había dispuesto para sus majestades: un vaso de leche agriada y un chusco de pan duro.
Desgarró el envoltorio y apareció, como no podía ser de otra forma, un saco de carbón. Todos, su hermano, sus padres y sus abuelos, se lo habían advertido el día anterior. <<Si no te comes la verdura hervida, los Reyes te traerán carbón>>. 
Una pícara sonrisa afloró en los labios de Carlitos. Ya no habría excusas por parte de su padre. Aquellas piedras negruzcas eran el combustible necesario para estrenar la barbacoa. Así serían felices y, tras las chistorras y las morcillas, comerían perdices.

4 comentarios:

  1. Este Carlitos siempre ha sido un optimista, y los reyes lo saben. Feliz comienzo, Mazcota!

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    1. Sí, sabe sacar provecho a cualquier contratiempo. Aunque sospecho que esta vez ha sido algo buscado. ¡Feliz año!

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  2. el carbón de azúcar puede servir para preparar las fogatas donde se asan los masmelos (claro que donde esté una chistorra en carbón de verdad)

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    1. Nunca he probado esos masmelos. Es más, he tenido que buscar por internet para saber qué cosa eran. Luego ya los he reconocido porque salen en innumerables películas americanas. Pero vamos, que muy buena pinta no tienen.

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