Otra vez me planto ante vosotros con un minirelato. En esta ocasión, de una métrica tan ajustada que casi podríamos hacerlo pasar por un microrelato, cosa que todavía no he descartado. Aunque, para lograrlo, lo ideal sería transformarme en algo muy parecido a un entrenador de boxeadores. Agarraría a mi púgil por el pescuezo, le impondría una estricta dieta (de palabras, por supuesto) y luego le haría sudar toda la grasa sobrante (en este caso verborrea) hasta lograr contenerlo en su verdadero peso, el del microrelato. Bah, desvaríos a parte, lo más probable es que no pertenezca ni a un género ni al otro. Acabo de darle un repaso y algo me dice que tan sólo se trata de un chiste malo, tedioso y sin pizca de gracia. En fin, que sea leve.
Bendito descanso
El arcángel San Gabriel no había visto, en toda la eternidad, semejante recibimiento por ninguna otra alma. Viandas para todo el mundo, música celestial sonando al máximo de volumen, comitiva dando la bienvenida y encabezada por el mismísimo Dios; incluso una pancarta decoraba el salón con la leyenda "Bienaventurada, Doña Adela. Se lo ha ganado con creces".
— ¿A qué viene esta deferencia? —preguntó a San Pedro.
— ¿Acaso no conoces el caso de Doña Adela?
— Pues no.
— Esta mujer ha aguantado en vida un auténtico martirio: parir, criar y mantener a Sergio y Javier, los dos mayores idiotas que haya puesto el Señor sobre la Tierra.
— No será para tanto... —dijo San Gabriel esbozando una sonrisa.
— Si no me crees, observa tú mismo lo que llevan haciendo, durante más de dos horas, en el crematorio.
El arcángel atravesó las nubes con la vista, dejando que sus ojos se posaran sobre dos hombres sexagenarios. Uno de ellos, con la ayuda de un trapo, sacaba brillo sin descanso a la urna donde estaban depositadas las cenizas de Doña Adela. San Gabriel aguzó el oído para escuchar los comentarios.
— Oye, Javier. Ya sé que a Aladdin le funcionó en aquella película, pero... ¿de veras crees que este es el mejor método para hacer salir a mamá?
No sé si el título refleja del todo lo que es el cuento, pero el diálogo de Sergio no tiene precio :D
ResponderEliminar¿No te convence el título? Lo cierto es que siempre son un quebradero de cabeza. Y son complicados porque deben estar relacionados con el cuento, pero no puedes dar demasiadas pistas para no desvelar el final. Pero vamos, que si tienes otro más adecuado yo estaré encantado de saberlo. Fíjate tú que en un principio lo había llamado "Descanso merecido", pero quise cambiarlo para insuflarle un toque algo más religioso. De todas formas uno nunca puede estar seguro de acertar.
EliminarA mí me pasa igual, me estrujo los sesos para titular las cosas y al final ni siquiera me convencen. Este está bien, porque desde luego esa mujer merecía el descanso :D Pero mi imaginación se iba por otros caminos... así que el problema era mío en realidad :)
EliminarQue la imaginación te lleve a explorar otros caminos no es ningún problema, sino todo lo contrario. De hecho, yo diría que es su labor principal.
Eliminarme has hecho sonreir con tu hermoso texto
ResponderEliminarMe alegra saber que te ha gustado.
EliminarAcabo de descubrirte un saludo desde Miami
ResponderEliminar¡Vaya!, será que mi escondite no es todo lo eficaz que pensaba...
EliminarBromas a parte, bienvenida. Otro saludo para ti desde Barcelona.